Cae en la codicia || Allen

La fría lluvia recorría molestamente su cuerpo mientras se entremezclaba con la esencia de la propia sangre que drenaba de sus heridas y que manchaban el suelo en el cual yacía. No tenía mayores recuerdos del pasado, no poseía memorias de sus padres o del lugar del que provenía. Solo era capaz de saber que ha tenido que rondar por los barrios bajos de Londres además ahora solo podía sentir vívidamente el dolor que experimentaba en ese momento a causa de los oficiales que le perseguían. Trabajaba como sicario en busca de hacerse con grandes sumas de dinero. Le habían ofrecido asesinar a un miembro de la élite pero los planes fallaron y terminó herido. Por suerte había logrado escapar pero se encontraba muy débil como para continuar huyendo, terminando por desplomarse ya sin fuerzas. En sus ojos apareció una mujer de hermosa cabellera platinada que le brindó ayuda al joven muchacho, habiendo sentido una afinidad inmediata con éste.

Dina, la mujer desconocida se encargó de curarle y acogerlo en su hogar hasta que se recuperara pero ambos se habían interesado el uno al otro de una forma especial. Allen decidió permanecer a su lado pues esta le había ayudado. Con el tiempo fue aprendiendo diferentes artes que esta le enseñaba con dedicación, ella era también era una criminal más que nada porque necesitaba el dinero de sus ganancias, a pesar de ello era realmente fuerte, aun siendo solo una mujer. Por ese motivo el joven se sintió atraído hacia la firmeza de la contraria y quiso aprender más de ella, incluso si debía seguir cada uno de sus pasos. De esa forma permaneció a su lado.

A medida que los años pasaban, el vínculo entre ambos crecía, incluso su relación estaba cercana a la hermandad y a pesar del temperamento violento de Allen,  él se controlaba cuando se trataba de la mujer, llegando a protegerla y apoyarla en cada momento, prestándole su fuerza para las misiones con las que debía cumplir. Pero las situaciones jugaron en su contra y cayeron en una trampa, terminando por lastimarlos gravemente pero finalmente lograron escapar de aquellos hombres. Por otra parte, Dina no soportó sus heridas y terminó por morir, acto que causó un impacto en Allen, deseando obtener venganza por su parte.

Vagó por toda Inglaterra hasta que finalmente logró hacer frente a los asesinos de Dina torturándolos hasta la muerte, haciéndoles pagar por sus actos. Tras la partida de la mujer, Allen continuó su vida de mala muerte, haciendo trabajos sin mucho valor que no lograban satisfacer sus necesidades de dinero y poder. El tiempo que pasó con ella había hecho que sus más instintos diabólicos no salieran a relucir, pues se había encaprichado con ella pero una vez que se esfumó de sus ojos volvió a sus viejos tiempos.

Luego de algunos años terminó por quedarse en Australia en donde se esparcían rumores de que en aquellas tierras se escondía el objeto más deseado: el Santo Grial, del cual no dudaría en hacerlo suyo, riquezas y todo el poder que deseara lo podría obtener, además, podría volver a ver a la mujer que logró afectarle tan fuertemente. Se adentró a trabajar como guardia en las instalaciones de una academia que a su parecer se le hacía peculiar y que se decía que descansaba aquel objeto. Greenlight poseía un aura misteriosa que lo atraía, más aun no descubría el secreto oculto entre esas paredes. Tan solo deseaba alcanzar sus ambiciones...

— Tiene un tatuaje de un dragón en su brazo izquierdo.

— Es bueno en diferentes artes marciales, además de tener conocimientos básicos acerca de armas blancas y de fuego.

— A pesar de ser un demonio, su afecto por Dina era grande, incluso llegado al punto de demostrarle su lealtad

— Tiene control sobre el fuego, creando pequeñas bolas haciendo uso de sus propias manos. Puede servirle de una manera tanto ofensiva como defensiva. Tiene como duración un máximo de tres post con uno de descanso. Igualmente, esto lo hace débil al agua.