► I just want you to know who I am ◄ Priv. Ekaterina

por **Sam Ebony** Lun Jun 13, 2016 11:39 pm

Después de conocer a sus dos más grandes amigos de internet (aunque en realidad solamente Adam aplicaba a la categoría de MÁS GRANDES AMIGOS DE INTERNET). En fin, le había contado a grandes rasgos lo que había sucedido con Adam en el restaurante y porque había dicho públicamente de forma indirecta que era homosexual. Siendo que ella sabía que era realmente complicado que aceptara que le gustaban los hombres y que por eso salía con tantas mujeres antes de darse cuenta de que estaba perdido y locamente enamorado de Adam, su pinche mejor amigo. Pero, de todas formas estaba en proceso de aceptarlo. Quería entender cómo es que era posible que con ella tardara tanto en confesar algo tan fácil, pero al chico del que estaba enamorado lo hubiera dicho tan fácil.

Sam entendía la molestia que sentía Ekaterina al respecto, pero no había nada que pudiera hacer para hacerle sentir mejor, nada salvo llevarla de paso a Sydney y ver todos esos estúpidos museos que tanto le gustaban a la chica. Eso es lo que iban a hacer ese día. Se había puesto sus icónicas gafas oscuras, unos jeans negros y una camisa formal de color rojo que hacía brillar sus pálidos cabellos. Como tenían una cita al final de la noche en la ópera, le había enviado un hermoso vestido violeta a su amiga para que lo usara, estaba seguro de que se vería fascinante y quizás conquistaba el corazón de algún chico extranjero. Pero, bueno, ella elegiría si quería seguir por el camino heterosexual o ligarse a una chica linda y mandarle fotos comprometedoras de las dos… No porque le gustaran las chicas, pero todos saben que para un hombre hecho y derecho no hay nada más excitante que dos chicas lindas en poca ropa liándose juntas.

Mientras esperaba, entró en Facebook y se puso a ver sus solicitudes de amistad que estaban llenos de chicas extrañas que no quería conocer y otros fans extraños, obviamente, no aceptó a nadie. Todo el mundo que le agregara tenía que entender que sus solicitudes debían estar justificadas por inbox y claramente no fue el caso. Nadie podía decirle porque querían agregarlo o porque sería buena idea hacerlo. Dejo escapar un suspiro y miró la hora. Él vivía en Canberra, por lo que tenía más tiempo, pero su amiga vivía en la academia, eso hacía más tiempo. Seguramente ya casi llegaba, por lo general él era el que tardaba, pero como tenía que recoger los boletos, tuvo que apresurarse.

La chica le llegó por detrás y misteriosamente efusiva (porque ella no lo era) le abrazó por la espalda.

—¿Eka?—Cuestionó sorprendido por el arrebato de la chica.